18 may 2013

Flautistas


Brindan copas por un mundo mejor: más salud, más amor, más amistad y más éxito para todos dicen. ¿A caso cumplirán ellos el restringido brindis con champagne? El dinero nos obsesiona hoy en día, creemos que esta crisis económica se debe a malas gestiones y no a malos pensamientos. Por cierto ¿Cuánto costaba el Moët Chandon? Les echamos la culpa a los políticos y a quienes votan al partido que arruina nuestras no muy idílicas vidas. Pero al final ellos, al igual que tú y que yo, fueron gestados, paridos, alimentados y curados cuando estaban enfermos, fueron a la escuela y les leyeron las moralejas de los cuentos que nos enseñan a no mentir y a pensar en los demás. El problema es que muchos se durmieron antes de que les contaran que el lobo acaba comiéndose todas las ovejas y nadie acude a rescatar al mentiroso de Pedro. Disculpen, ¿saben quiénes limpiarán sus copas usadas? Todos queremos estar a salvo de monstruos como el paro, el desahucio y la soledad, pero no todos queremos meter en nuestros conseguidos refugios a los desempleados, los desahuciados ni a las personas con problemas para valerse por sí solas. Todos los que presumen de sus mejores ropas en esta fiesta quieren conservar sus casas, mantener a sus hijos en el colegio para que tengan una buena educación, poder acudir a un hospital cuando se hagan daño o estén enfermos, tener la oportunidad de decidir cómo van a ser sus vidas, quedarse en sus puestos de trabajo ganando dinero para mandar a sus hijos a la universidad o para asegurarse una vejez tranquila y recibir el mismo trato que sus colegas de corrillo post-brindis. ¿Por qué no quieren eso para los demás entonces? ¿Por qué apoyan los desahucios, la enseñanza y la sanidad privada? ¿Por qué pretenden implantar la religión en las creencias de la gente sin darles la oportunidad de elegir? ¿Por qué esperan restringir una ley que permite a muchas mujeres decidir cómo serán sus vidas? ¿Por qué les ponen las cosas tan difíciles a las personas que quieren salir al mundo laboral formadas, independientemente de la renta de sus padres? ¿Por qué quieren crear tantas distinciones de clase y de género? Somos personas. Tenemos derecho a una vivienda digna, a dirigir nuestras vidas y nuestro país. Tenemos la obligación de asegurarles un buen lugar a futuras generaciones, de hacer todo lo que podamos para que el mundo en el que muramos sea un poco mejor que el mundo en el que nacimos.
Alzo mi copa de sangría sin haber sido invitada y, ante el asombro de todos los presentes, me atrevo a brindar por la libertad. Bebo, sola, pero bebo. Y, tras revivir las burbujas de champagne en sus estómagos, me marcho con una sonrisa que no pretende ni insultarles, ni ofenderles, simplemente eran menos de los que imaginaba y eso me alegra. Muchos me siguen tras segundos de vacilación. Cual flautistas de Hamelín luchamos y cambiamos el final de la historia poco a poco, dándoles a muchos las ganas de conseguir una flauta y tocar con nosotros al frente de esta larga fila.