Brindan
copas por un mundo mejor: más salud, más amor, más amistad y más éxito para
todos dicen. ¿A caso cumplirán ellos el restringido brindis con champagne? El
dinero nos obsesiona hoy en día, creemos que esta crisis económica se debe a
malas gestiones y no a malos pensamientos. Por cierto ¿Cuánto costaba el Moët
Chandon? Les echamos la culpa a los políticos y a quienes votan al partido que
arruina nuestras no muy idílicas vidas. Pero al final ellos, al igual que tú y
que yo, fueron gestados, paridos, alimentados y curados cuando estaban
enfermos, fueron a la escuela y les leyeron las moralejas de los cuentos que
nos enseñan a no mentir y a pensar en los demás. El problema es que muchos se
durmieron antes de que les contaran que el lobo acaba comiéndose todas las
ovejas y nadie acude a rescatar al mentiroso de Pedro. Disculpen, ¿saben
quiénes limpiarán sus copas usadas? Todos queremos estar a salvo de monstruos
como el paro, el desahucio y la soledad, pero no todos queremos meter en
nuestros conseguidos refugios a los desempleados, los desahuciados ni a las
personas con problemas para valerse por sí solas. Todos los que presumen de sus
mejores ropas en esta fiesta quieren conservar sus casas, mantener a sus hijos
en el colegio para que tengan una buena educación, poder acudir a un hospital
cuando se hagan daño o estén enfermos, tener la oportunidad de decidir cómo van
a ser sus vidas, quedarse en sus puestos de trabajo ganando dinero para mandar
a sus hijos a la universidad o para asegurarse una vejez tranquila y recibir el
mismo trato que sus colegas de corrillo post-brindis. ¿Por qué no quieren eso
para los demás entonces? ¿Por qué apoyan los desahucios, la enseñanza y la
sanidad privada? ¿Por qué pretenden implantar la religión en las creencias de
la gente sin darles la oportunidad de elegir? ¿Por qué esperan restringir una
ley que permite a muchas mujeres decidir cómo serán sus vidas? ¿Por qué les
ponen las cosas tan difíciles a las personas que quieren salir al mundo laboral
formadas, independientemente de la renta de sus padres? ¿Por qué quieren crear
tantas distinciones de clase y de género? Somos personas. Tenemos derecho a una
vivienda digna, a dirigir nuestras vidas y nuestro país. Tenemos la obligación
de asegurarles un buen lugar a futuras generaciones, de hacer todo lo que
podamos para que el mundo en el que muramos sea un poco mejor que el mundo en
el que nacimos.
Alzo
mi copa de sangría sin haber sido invitada y, ante el asombro de todos los
presentes, me atrevo a brindar por la libertad. Bebo, sola, pero bebo. Y, tras
revivir las burbujas de champagne en sus estómagos, me marcho con una sonrisa
que no pretende ni insultarles, ni ofenderles, simplemente eran menos de los
que imaginaba y eso me alegra. Muchos me siguen tras segundos de vacilación. Cual
flautistas de Hamelín luchamos y cambiamos el final de la historia poco a poco,
dándoles a muchos las ganas de conseguir una flauta y tocar con nosotros al
frente de esta larga fila.